Un hombre no está acabado cuando es derrotado.

                                            Está acabado cuando abandona.                                                                                                                    Richard M. Nixon

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Querido lector,

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                         Ahora que estoy escribiendo este libro para ser publicado, debo decir que hubiera preferido tratar un tema romántico, lleno de sentimientos agradables adecuados para una novela. O escribir una historia épica sobre un líder, un héroe o un héroe nacional, para ser admirado y alabado. Esto es para evitar tener que traer recuerdos desagradables y crueles del pasado. Sin embargo, debido a mi sentido de civismo, siento que tengo el deber de presentar mi historia.

                    En este punto, presento los eventos diarios que he experimentado y acumulado para este libro, firmemente convencido de que con un grano de arena contribuirá a la formación del joven aspirante a guardia de la prisión que formará parte de la constelación de un cuerpo penitenciario. Espero que a este respecto mi historia pueda contribuir a una mayor sabiduría para los guardias de la prisión que se ponen a trabajar con tanta adversidad y que en varias ocasiones pueden sentir la falta de respaldo necesaria para hacer un buen trabajo.

                             Esto es lo que necesitaba en varias ocasiones en mi deseo de cumplir con mi trabajo. Si un funcionario penitenciario hace su trabajo de acuerdo con las instrucciones normativas, también espera recibir apoyo para poder contribuir a una estructura sólida en la gestión penitenciaria. Durante mi trabajo, siempre he tratado de darles a los prisioneros todo lo que tenían derecho. Pero nunca he tratado de ser un buen amigo y romper las reglas de la prisión para obtener la simpatía de un prisionero. Debido a que este sistema puede garantizar que los colegas que cumplan las reglas, puedan ser vistos con malos ojos cuando quieran hacer su trabajo de una buena manera. Debido a esto, una guardia de la prisión puede enfrentar varias dificultades que lo pueden hacer tropezar y perder la perspectiva de la visión que puede tener para dar forma a su futuro. Fuerzas externas tratarán de desviarlo de su objetivo. Maniobras malvadas pueden ir tan lejos como para tratar de robar lo más preciado de este joven, que es su vida.

                            Esta es la realidad que experimenté a una edad relativamente joven, durante la ejecución de mi trabajo como guardia de la prisión en la prisión de Kurá Spè. Yo era un hombre joven con todas las cualidades para lograr lo mejor en mi carrera. Sin embargo, he sido víctima de los malos planes de los delincuentes. Por eso no pude callarme y guardar silencio. El impulso en mi corazón movió mis dedos sobre el papel para revelar estas injusticias que se habían hecho en mi contra sin ningún motivo.

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                                 En este libro, uso las iniciales en lugar del nombre completo cuando es necesario. ¿Por qué? Esto es para proteger a un prisionero o un guardia de la prisión. Porque cuando se trata de un preso, esos presos ya han cumplido sus condenas. Y no creo que sea necesario ahora anunciar sus nombres. Por ejemplo, cuando se trata de un guardia de la prisión, creo que es mejor, dependiendo del caso, mantener anónimos los nombres de ciertos guardias ya que de nuevo dependiendo del caso, el nombre en sí mismo no es importante. Donde creo que es necesario, lo haré con otras personas.

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                                 Cuando lo considero innecesario o no deseable, dependiendo del caso (por gratitud, crueldad o injusticia), he mencionado el nombre o el apellido de ciertas personas. Espero que todos puedan entender mi determinación de escribir este libro, que he titulado VIDA DE UN CARCELERO. Un informe de los acontecimientos de los últimos años de la prisión en Plasa Wilhelmina y los primeros años de la prisión en Koraal Specht, que no es con la intención de ganar un premio literario como escritor, ni de desacreditar a ninguna instancia o persona. Es solo una sensación ferviente que ha surgido en mi ser y ha continuado hirviendo en mi interior a lo largo de los años, con el grito de que un día salga a la luz. Este sentimiento amargo después de tanta lucha por la supervivencia seguía exigiendo justicia.